Hojear de vez en cuando el diccionario particular. Revisar aquellos conceptos que alguna vez fueron “el coco”, para ver de qué manera siguen determinando los caminos que transitamos a la hora de escribir. Diseccionar las palabrotas, sacarles a los diablos que tienen escondidos, mandarlos al averno, soltar la pluma, ponerse día con día a muchas horas-nalga de distancia, para reírse a carcajadas de todos esos fantasmas.
viernes, 8 de abril de 2011
Microbios a la carta
Ya mero nos preguntan que cómo la queremos, con pelos o sin pelos. No hallan qué inventar para tener atemorizada y enferma a la gente. Como el AH1N1 ya no le da miedo a nadie, pues ahí están estas cositas, a ver ahora qué más. Lo que no me explico, es por qué un truco tan viejo y super analizado sigue dando buen resultado. ¿Será que el número de tontos sigue siendo infinito? Desde luego, los medios, haciendo su chamba.
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